Hoy me acordé de Mamá

Madrecita mia,
todito mi mundo,
dejame decirte
los cariños sumos…

Gabriela Mistral

Dedico este momento al recuerdo de mi mamá, Millie Belloso de Cottín.
Quise que algunos de mis amigos y seguidores vean una foto de mi madre.
Una mujer maravillosa de quien heredé el orden, el gusto por las artes y la belleza, con quien aprendí a bailar, y de quien sigo aprendiendo incluso hoy.
¡Bendición Mami!
Pienso y reflexiono en la dedicación que tuvo mi mamá hacia mi hermano, Armando José y hacia mí, el amor infinito hacia mi papá, Armando León, la honra a sus papás Elena Sánchez y Germán Belloso, el amor fraterno hacia mis tíos Guillermo, Elena y Rosita quien hoy tiene 91 años de edad, y vive con su esposo Hugo Pescod.
¡Qué manera de hacer amigos la de mi mamá! Isabelita, Eda, Ruth, Yolanda, Isabel, Elsa aparecen en más fotos que nosotros, sus hijos. ¡Cómo cuidaba mamá la amistad! Los esposos de sus amigas eran sus hermanos: Ángel, Julio, «Beau», Alberto, Héctor, Humberto, nos cuidaban como si fuéramos familia.
La disciplina era estricta, el orden y la limpieza su prioridad, las rutinas se seguían religiosamente.
Tata y Auxilio (quien nos acompaña para cuidarnos) son parte de nuestra familia y el amor trasciende los años y las distancias.
La «Quinta Soledad» era el objeto de sus cuidados, y nos enseñaron a hacer los trabajos domésticos que tanto me divirtieron en mi niñez y adolescencia, y que mantuvieron esa «taza de plata» que fue la casa de mis amores.
Íbamos a misa los domingos, a la iglesia del Colegio «san Luis Gonzaga» principalmente, y luego a desayunar al Hotel del Lago, invitando siempre a algún amigo nuestro o al Padre Mora que era tratado como nuestro hermano mayor y cuya amistad atesoramos mi hermano y yo.
Los viajes por Los Andes venezolanos, pivoteando desde Valera por todas las hermosas poblaciones de Trujillo y Mérida. Inolvidables paseos organizados precisamente por Mamá, quien cuidaba hasta el último detalle.
Mamá era tan precisa que hasta decidió cómo, cuándo y dónde moriría, cómo iba a ser su sepelio y dejó todo escrito para que se respetara su voluntad.
Hoy viendo estas fotos al lado de los míos, me siento feliz de la mamá que me dio el ser, me orientó a ser un buen hijo, hermano, esposo y padre. ¡Bendición Mamá!

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