Si tienes mucho, da tu riqueza; si tienes poco, da de tu corazón.
– Proverbio árabe
Hace poco viví una situación en la cual me sentí superado en mis posibilidades para disolver una dificultad muy grande.
Un amigo me escribió, luego de conversar conmigo acerca de lo que ocurría, y colaborar con que viera que había diversas posibilidades para salir adelante, un párrafo que quiero regalarles, para que vean lo que le dice un amigo a otro luego de servirle de apoyo en la dificultad.
La humildad del comentario es lo más poderoso que me han dicho en mucho tiempo.
Me encantaría apoyarte de una manera más contundente en este momento. Pero me alegra haberte servido de alguna forma. Cuando necesites, aquí estoy. Manténme al tanto de tu proceso. Estoy pendiente de ti. Que las cosas fluyan de maneras inesperadas y que muy pronto te encuentres del otro lado del desafío… y que como sabes que de una u otra forma vas a encontrarte pronto ahí, te des ahora mismo el permiso de respirar profundo, soltar, y conectarte con el bienestar profundo que, por debajo de las apariencias y circunstancias, nunca te abandona. Un fuerte abrazo
Gracias a mi amigo por este regalo que me dió. Ya superada la dificultad, le atribuyo en gran medida a su apoyo el haberlo logrado. ¡Qué Dios te bendiga y a tu querida familia!
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