Aprender con confianza. Para que existan relaciones humanas sanas entre un facilitador y sus socios de aprendizaje, el factor vital es la confianza. Cuando la desconfianza entre estos actores es un denominador común en la sociedad de aprendizaje, esta no está sana, y el clima de seguro no será al apropiado para aprender.
«La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiar en ellos«. — Ernest Hemingway
Pareciera que es primordial la confianza para mantener una buena relación entre las personas. La verdad es que primero se construye la relación, con base en el reconocimiento del otro y el respeto demostrado. Así se constituye el vínculo que permite el establecimiento de la confianza.
Cuando confiamos en una persona le permitimos sentirse segura y aceptada. La relación genera la confianza, la confianza produce la posibilidad de aprender.
Infaltable confianza
Ese contexto tiene que existir, obligatoriamente, si deseamos que nuestros estudiantes aprendan y rindan mejor en sus actividades. Cuando sentimos que gozamos de confianza, nos sentimos en libertad de concentrar todos los esfuerzos en la tarea que nos es encomendada.
Si percibimos lo contrario, que no inspiramos la suficiente confianza, vivimos en un permanente estado de tensión, y a la expectativa de fracasar.
Los facilitadores que se la pasan desconfiando de todos y de todo, y que además emiten juicios improvisados (por lo general basados en apariencias externas, por lo cual las personas que estudian con ellos se preocupan de manipular esas apariencias externas) se convierten en verdaderos focos de perturbación.
Por ello, cuando el facilitador confía en un estudiante, lo está apoyando a consolidar su confianza y autoestima. Cuando le dice a uno de sus discípulos que confía en él y cree que puede acometer alguna tarea específica, le está aportando a la persona la dosis de valor y confianza en sí mismo, que es, además, muy necesaria para asumir el riesgo que conlleva el compromiso que va a contraer.
Obviamente, si este proceso se repite una y otra vez (con una base sólida, claro está), el facilitador está generando un tipo de persona con una alta autoconfianza, y por lo tanto realista con sus virtudes y cualidades.
No hay nada de malo en que las dosis de confianza sean graduales. Empezar con sólo un poco, e ir ampliándola, siempre dentro de los límites de lo razonable, y jamás excediendo las competencias evaluadas de la persona.
Corresponde al facilitador ser comedido y generoso, y lograr el equilibrio entre ambos sentidos, en un contexto que sea también justo para los otros miembros de la sociedad de aprendizaje.
¿Confías en tus Socios de Aprendizaje? ¿Confían en ti?
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5 Responses
Si, sin confianza del uno al otro, no se produce un ambiente para el aprendizaje. Muchas gracias Adrian, tu siempre has dado a tus socios de aprendizaje confianza y logras que confiemos tambien en tí. Un abrazo
Excelente artículo Adrián, me recuerda mucho mis comienzos trabajando contigo, yo tenía miedo de los retos pero tú siempre tú vistes confianza en que yo podía con lo otorgado por ti. La confianza es muy importante tanto entre el facilitador y el socio de aprendizaje como de manera inversa y en nuestras propias acciones diarias. Tener confianza en que somos capaces de realizar y emprender un reto es muy bonito y gratificante.
Hola querido Adrián!!! Para mí eres una persona que genera confianza y la comparte con los demás!!! Me enseñaste a confiar en el AL y en que todos tenemos capacidades de reserva para lograr nuestros sueños!!! Te envío un abrazo!!!
Dilecto y apreciado Adrián muy interesante este artículo y muy pertinente en momentos de experiencias de aprendizaje online, offline y la mezcla de ambas. Me encanta cuando escribes la infaltable confianza, esencial, vital y clave en las relaciones humanas. Caracterizada porque se gana gota a gota y se pierde de un tirón. En las EDA de ventas aseguro “Ud. No vende el producto y servicio que ofreces, vendes un intangible llamado confianza” un abrazo y felicidades por este interesante artículo!
¡Gracias por tu comentario, estimado Julio! Siempre es bueno recordar que «Acción mata juicio». Puede recobrarse la confianza con nuevas acciones.