“El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre.”—
Miguel de Cervantes Saavedra
Este año 2011 ha sido desafiante para mí y para mi familia. El tema de la salud inició el año siendo el foco, y ha consumido gran parte de nuestro tiempo y recursos. Llegamos a este mes de diciembre un poco más tranquilos, en ese sentido, y me dispongo a conversar con mis lectores acerca de lo que espero traiga el año nuevo.
Me pongo a pensar en todo lo que ha cambiado este año y me sorprendo ver la cantidad de cambios que he efectuado. Las miles de veces que he cambiado de posición, de ropa, de aspecto, de lugar del mundo, de personas con quienes compartir. Las muchas oportunidades que he tenido de saludar a miles de personas, los cambios de día, mes y ahora de año. Los muchos cambalaches de mis servicios por dinero, de mi dinero por productos, bienes o servicios. He modificado lo que pienso, lo que siento, lo que escribo o digo.
Resulta maravilloso ver cómo los cambios han ocurrido con gran velocidad, incluso sin darme cuenta, pasando de un estado de ánimo a otro. Estoy consciente de algunos cambios que me han enorgullecido y otros que me han apenado. He pasado de la alegría a la tristeza, de tener suerte a perderla, de sentirme feliz a no sentirlo. De hablar a callar, de sonreír a estar serio.
Es mi costumbre dedicar el mes de noviembre y parte del mes de diciembre a planificar mis acciones del próximo año. Esta vez comencé algo tarde, en diciembre. Lo primero que hice fue cerrar mis ojos y pensar en lo maravilloso que me había ocurrido en el 2011. Me vinieron de inmediato las imágenes de los seres a quienes más amo. La mayoría de los momentos más felices que puedo recordar de este lapso, los incluyen a ellos. Le pido a Dios que me siga bendiciendo dándole salud a quienes amo y también a mí, para poder disfrutarlos.
Pensé en lo que me hizo sonreír en el año que va a terminar. Los instantes de felicidad que tuve con mis amados estudiantes, quienes todo el año me brindaron grandes satisfacciones con su deseo de educarse, con la creatividad de sus presentaciones, con sus demandas de aprendizaje y sus críticas, propias del trabajar con adultos.
Me sentí orgulloso del equipo de personas con quienes tengo el honor de trabajar. Tuvimos un año de esos que todas las empresas quieren tener. Excelentes clientes, momentos de desafío personal y profesional, prosperidad suficiente como para decir que fuimos exitosos en la gestión. Fuimos un equipo de alto rendimiento, como los que colaboramos en producir en las empresas. Terminamos el año siendo más amigos que lo que éramos al inicio del mismo. ¡Gracias mis queridos amigos de PCO’s International!
Pensé en mi país, Venezuela. Vivimos tantos momentos complejos por la falta de paz y desarrollo. Pero me siento orgullo de nosotros como pueblo, pues seguimos adelante poniendo buena cara al mal momento. Este próximo año desafiaremos nuestra manera de hacer política y deseo que elijamos a quien se merezca el honor de servirnos y que gobierne con sapiencia y probidad, con ciudadanos que seamos responsables de adelantar a nuestro país hacia un futuro mejor.
Cuando reciba el nuevo año, quiero que cambie todo lo que tenga que cambiar para bien. Pero quiero permanezcan a mi lado mi familia y mis amigos. Que vengan nuevos integrantes, a disfrutar del amor que nos tenemos.
Artículo ublicado en el Diario El Carabobeño
Sección: Creando futuro
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