Recuerdo a mi maestro, con quien cantábamos y componíamos canciones acerca de temas de trabajo…quien nos leía parte de una historia cada mañana. Aquel que nos hacía sentir bien. Recuerdo también, a mi profesora de literatura, por su emoción y pasiónpor lo que hacía.
En mi formación como psicopedagoga, aprendí que la reeducación, es más exitosa si las actividades estimulan todos los sentidos. Como maestra, tuve la vivencia de que, lo experimentado es recordado, sin importar lo amplio. Estas experiencias, las relaciono directamente con los principios de la Sugestopedia, del Dr. Lozanov, y con los medios por los cuales han de darse. Mi creencia en esta tecnología de aprendizaje, está sustentada por mis experiencias vividas como alumna y docente, al aplicar sus principios.
Definitivamente, las experiencias de aprendizajes que permiten que emane la alegría de modo natural, son las mismas que en las que asimilamos información y satisfacemos nuestra necesidad de saber. Esta sensación, por demás muy agradable, nos relaja psíquicamente, y nos concentramos, logrando otro nivel de aprendizaje. Esta tecnología, en la cual cada detalle es preparado minuciosamente y cada sentido estimulado y aprovechado, facilita la retención de la información. He palpado la inmensa diferencia entre grupos de alumnos que aprendieron monótonamente la tabla periódica (de química) y aquellos que ¡la cantaban hasta en sus recreos! También recuerdo en mi iniciación en la lectura y escritura, los carteles pegados en las paredes de mi salón, con dibujos y palabras escritas, que “casualmente” eran parte de un dictado a la semana siguiente. No me las habían “enseñado” pero yo las había aprendido. Mi entorno estimulaba mi subconsciente. Todos podemos verificar, que este aprendizaje subconsciente es real. Por ejemplo, cuando jugamos “Logo-Quiz”, al ver parte del logo de una marca, sabemos cuál es, y ¡nunca hicimos un esfuerzo consciente para aprenderlo!
En los ambientes de aprendizaje, que han sido preparados para ese fin, sentimos la diferencia, porque el profesor está centrado en que sus alumnos asimilen el contenido. Es aquel que hace intervenir a sus estudiantes, preguntar, responder y actuar, y que al salir de esa clase ¡todos son capaces de explicarla! Hay una reciprocidad entre el profesor y quienes aprenden.
Cuando esta metodología está presente, nos sentimos fascinados, motivados, dispuestos a aguantar hasta el hambre. Las horas pasan y sin embargo, seguimos con ganas de hacer, de escuchar y de aprender más… ¡no queremos recreos! Además las “tareas” nos divierten, nos hacen sentir parte activa del proceso, y sin darnos cuenta, nos entregamos con pasión al aprendizaje.
Todo esto es Sugestopedia. Crear los medios, planificar experiencias que estimulen nuestros sentidos, donde la alegría y la motivación son constantes que nos llevan a aprender.
«El profesor no nos enseña, sino que nos facilita el aprendizaje.»
Solange Amselem, febrero 2013
Estudiante de la Certificación como Facilitadora Profesional, en Aprendizaje Acelerado
Solange, le dedico tu artículo a mi profesor Luis Arconada Merino, a 100 años de su nacimiento.
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