Convivir en la empresa. La falta de paz social, familiar, laboral, organizacional, política, es cada día más evidente. Basta con leer los titulares de cualquier medio de comunicación, observar las noticias por todos los canales, para damos cuenta que no estamos ante la presencia de un ambiente de avenencia social en armonía.
«… Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los corazones y las dificultades del problema..» — Gabriela Mistral
La presión permanente por las locuras del sistema financiero global o el cambio climático, nos muestra cómo la globalización afecta en tiempo real las economías del mundo, así cómo de manera acelerada, las cantidades de información incremental y los cambios instantáneos afectan las relaciones entre las personas, no importa en qué lado del mundo se encuentren.
No sabemos cómo saldremos de esta hecatombe de nuestra economía, pero no lucimos precisamente en armonía, para resolver juntos los problemas a los cuales nos enfrentamos.
La necesidad de aprender a convivir es enorme. El ambiente empresarial es ideal para educar en la convivencia.
Hemos conocido desde hace años el trabajo del Dr. Howard Gardner de la Universidad de Harvard en cuanto a las Inteligencias Múltiples. Ahora nos enfocamos en su ensayo “Las Cinco Mentes del Futuro”, de Ediciones Paidós (2005), ISBN: 9788449316753, en el cual el Dr. Gardner plantea la necesidad de contar con ambientes tolerantes, para poder manejar con éxito los conflictos internos en las organizaciones, y por ende en la sociedad.
Nos plantea que es necesario modificar las ideas que tenemos en torno a las prácticas, objetivos, metas, aptitudes y actitudes de la sociedad y de las organizaciones, para desarrollarnos hacia un convivir en comunidad.
Según Gardner esta necesidad puede ser abordada y superada a través del cultivo y desarrollo de cinco mentes en el ser humano. Ellas son: la mente disciplinada, la mente sintética, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética. Estas cinco mentes, a su vez, crean la necesidad de clarificar cuáles son las aptitudes y conocimientos que valoramos, la forma en que éstos son adquiridos y ejecutados, y la dinámica de los procesos que activan, a través de nuestra labor cooperativa en las organizaciones.
En este artículo nos ocupamos específicamente de la denominada “Mente Respetuosa”. Esta es la que auspicia en nosotros el convivir en armonía. Aceptar las diferencias que tenemos con otros, aprender a vivir y trabajar con otras personas, respetándolas individual y colectivamente.
No estamos hablando acerca de aprender a “tolerar” a otros. Para mí, la tolerancia no es suficiente para aprender a convivir. Necesitamos poder cohabitar en armonía con gente diferente a nosotros. Diferentes en muchos aspectos: en el género, la conducta sexual, la raza, el gentilicio, el credo religioso, la opinión o tendencia política, las costumbres y expresiones culturales. Se trata de que podamos expresar respeto por quien es diferente.
En esto, el ejemplo del liderazgo de la organización es vital. Si quien dirige una organización, da muestras permanentes de interactuar con respeto y consideración por quien procede de un extracto social distinto, un nivel socio económico desigual, un lugar de procedencia diferente, y está dispuesto al diálogo y a la conversación abierta con quien sea, permitirá una integración dinámica, y estimulará el desarrollo organizacional y el sentido de pertenencia.
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