«La mente lo es todo. Lo que pienses, en eso te conviertes.» – Buda
Me ha llamado de forma especial la atención el abordaje que hace la Sugestología del aprendizaje. Vienen a mi memoria palabras como sacrificio, esfuerzo, disciplina. Palabras que he escuchado en numerosas ocasiones asociadas a mis estudios.
Me siento a leer sobre sugestología y experimento una grata sensación de apertura de un campo maravilloso. Una dimensión diferente donde nos proponen aprender, abandonando el miedo y las emociones negativas constantes, que lleva el aprendizaje. Apartar las duras creencias sociales de que somos seres limitados.
La Sugestopedia plantea una enseñanza basada en la alegría, libertad permanente, en la confianza en el educando y en la relajación. Me sorprende cuando posibilita otra propuesta como es, el aumento en la cantidad de los contenidos en las materias, que normalmente se ven limitados en nuestra sociedad. Esto es justificado dicen, en el fracaso escolar, dando por hecho que el alumno es el fracasado.
La sugestopedia crea condiciones que favorecen a la citada relajación, la liberación y la autodiciplina, ello provoca una motivación y estimulación emocional que sitúa al educando en una posición optima para el aprendizaje.
Siguen viniendo a mi mente palabras como castigo, gritos, discusiones e incluso amenazas asociadas a mi aprendizaje. Además esos eran métodos que pretendían motivarme y disuadirme de los rechazos hacia la enseñanza, que en determinados momentos sentía.
Comprendo ahora la fortaleza de la sugestopedia, al dar la posibilidad al alumno de sacar lo mejor de él. Eso sin crear dependencia, ni relaciones jerárquicas, que limiten el aprendizaje. Desarrolla un sistema, el cual mediante los procesos de aprendizaje consciente e inconsciente, favorece las emociones positivas, tales como la alegría, que permitan el esparcimiento y la relajación.
Lozanov en su Sugestopedia, propone relaciones basadas en el amor del educador por sus estudiantes. También en la confianza del profesor, de que algo importante va a aportar lo que el estudiante aprenderá.
El profesor verá recompensada su labor al ver como el alumnado progresa de forma tan favorable. Esto contrasta con la frustración de la cual se hacen eco muchos de mis amigos profesores. Argumentan sentirse así, debido al poco interés que muestran los alumnos en la material y el escaso valor que le otorgan a su trabajo.
El sistema de trabajo de la sugestopedia, llega a proponer, que bajo esta sombrilla maravillosa de aprendizaje, son innecesarias las pausas, las cuales presuponen la fatiga del educando. Lo veo muy posible. Me imagino aprendiendo a través del arte, de la música, convirtiendo esta necesidad humana de curiosidad, de saber y conocer, en diversión, sin que nadie me diga no puedes o es demasiado para ti.
El profesor se convierte en un sutil guía, que educa sin que el alumno apenas perciba que lo está haciendo.
Elaborado por Natalia González, estudiante de la Certificación de Facilitadores Profesionales
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