¡No me caes bien!

Te pareces tanto a mí

¡Me caes mal! ¿Entiendes? ¡No te soporto!
¿Por qué viniste? ¿No te das cuenta de que no te aguanto?
¡Esa tipa es insoportable! ¡Mi vida es terrible a su lado! ¡Me pone los nervios de punta!¿Cómo es posible que yo sienta estas emociones por otro ser humano?

Frecuentemente nos expresamos de una manera cruel y despiadada acerca de personas que están en nuestro entorno laboral, familiar, de amigos, e incluso sobre personas que recién vemos por vez primera.

Hacemos afirmaciones sobre ellas determinantes, enfáticas, y que representan un sentir de rechazo, que puede ser juzgado por quien lo escucha como desmesurado e injusto.

“Cada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas”. Es una frase que he repetido por años, para mostrar que cada quien es como es y que debemos aceptar a los demás como son sabiendo que puede haber cosas de su quehacer que nos molestan, y que a veces hacen intolerable su compañía. Esto no significa que tengamos derecho a agredirlas o rechazarlas de manera expresa.

Es de buena educación aprender a llevarnos lo mejor posible con personas con quienes no congeniamos o lo hacemos poco, pero con quienes nos encontramos de manera frecuente.

¿Qué podemos hacer con una persona que realmente nos resulta intolerable? Nuestra mayor calidad de vida muchas veces depende de la manera como nos relacionamos con personas a quienes no soportamos, a quienes no podemos ni ver. Cómo nos manejamos con seres autoritarios, vanidosos, soberbios, egoístas, egocentristas, mentirosos, y otros géneros de antipatías.

Por lo general lo que nos ocurre es que el miedo se apodera de nosotros y nos bloquea, porque estas personas nos muestran algunos aspectos de nuestro ser que sabemos escondidos, o que conocemos como debilidades, y nos muestran cómo podemos aparecer ante los demás igualmente odiosos o antipáticos como estas personas a quienes rechazamos en nuestro espacio.

Este miedo es peligroso porque conlleva a que nos sentiremos frente a esta persona de una manera que no depende de nosotros, sino de la otra persona, de lo que haga o diga.

Nos toca llevar una relación de manera correcta, respetuosa, con alguien que nos resulta odioso. Nosotros somos quienes aceptamos o no el contacto con esta persona que no nos agrada, y si es inevitable, nosotros podemos decidir cómo nos vamos a dejar o no afectar. Si la actitud de esta persona es ex profeso, y busca un juego de “víctima – victimario”, nosotros decidimos si entramos o no. Si nos agrede, lo que no ocurre con frecuencia, debemos tomar medidas, siendo la primera el reflexionar por qué la ha tomado con nosotros.

Además, recordar que “la gente nos da lo que percibe que estamos dispuestos a recibir”, y dejarle saber a esta persona que no estamos dispuestos a recibir sus agresiones, y dar una respuesta racional y mesurada, demostrando el control sobre el miedo que sentimos.

Muchas veces ocurre que pudimos evitar estar cerca de esta persona, pero por “conveniencia” social, laboral, familiar, financiera, nos permitimos estar cerca cuando sabemos que no la vamos a pasar bien a su lado.

Hay relaciones que hay que cortar y no estar cerca de quien nos produce malestar. A todo efecto evitar el daño que nos puedan producir o que nosotros podamos producir por una respuesta inconveniente.

Si no hay más que estar al lado de esta persona desagradable o perjudicial, y con la premisa de que lo que ocurre depende de la otra persona y no de nosotros, podemos permanecer al lado de esta persona inconveniente, pero mostrando nuestra valentía, y haciéndole frente sin miedo, con alta autoestima y baja agresividad.

En general queremos vivir en armonía con todos, y convivir para que la sociedad prospere. Nos preguntamos, ¿Cómo hago para convivir con esta persona por quien siento de una manera que no me gusta y no sé cómo hacer para no ignorarla, ni mirar hacia otro lado, ni mostrarle mi desprecio. No puedo hacer como si no existiera, ni quiero maltratarla.

Pues bien, la noticia es que tienes que mirar a esta persona de frente, a los ojos, sin odio, ni rencor, ni egoísmo. No podemos permitir que atente contra nuestro bienestar emocional, pero debemos abordar la situación de manera tal que no nos sintamos mal con nosotros mismos, ni que nos mostremos agresivos.

Podemos, claro, evitar el encuentro con aquellas personas con quienes nuestra vida diaria nos obliga a que estemos a su lado. No hay soluciones perfectas, pero sí algunas acciones que podemos emprender para que superemos la dificultad de una convivencia indeseada.

Siempre tenemos que buscar la causa de nuestra molestia, el origen de nuestras dificultades con esta persona, y estudiar cuál es nuestra responsabilidad en lo que ocurre. También hay que aprender a negociar un pacto de convivencia, las condiciones en las cuales somos capaces de convivir con esta persona difícil.

Si no hay nada más por hacer, pues romper la relación en el marco del respeto y el amor al prójimo es lo que nos queda. Si no podemos evitar coincidir y tratar con ella, hay que ser justos y no engañar con conductas hipócritas.

También podemos buscar apoyo en otros y contar con ayuda profesional para que se dé la relación en un marco de respeto y consideración. Vale la pena validar nuestra opinión con otras personas, y pedirles que observen la situación con ojos distintos, para saber si vemos la situación con justicia.

Evitar que la furia, la tristeza, la rabia, los celos, sean nuestros consejeros en la relación. Podemos fortalecer nuestros mecanismos emocionales y ser fuertes emocionalmente, evitando las rutinas defensivas, que en automático nos evitan relacionarnos con personas que disparan nuestras emociones no deseadas.

La conversación es siempre un camino para buscar que nuestras relaciones sean armoniosas y respetuosas. La sensatez, la practicidad son buenas consejeras. No pretendamos cambiar a los demás, ni criticar a otros porque no congenien con nosotros. Cada quien decide con quién se relaciona o con quién no.

Debemos recordar que NADIE nos puede hacer daño emocional si no se lo permitimos.

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Estoy formado profesionalmente y se me considera un experto en Aprendizaje Organizacional

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