A lo que nos llevan el apego y la certeza
“Si estas triste algo pasa, lo que pasa es que necesitas tener algún amor que nunca deje de quererte y de explicarte, que por siempre te ame hasta el final… que te bese y te diga muy bajito que solo de ti será.”
Esta es una canción del excelente grupo venezolano de los años sesenta (comenzaron en el ’64), “Los Darts”. Lo conformaban: Augusto de Lima en la guitarra líder, Carlos Moreán en la segunda guitarra, Rafael Pimentel «Pajarito» en la batería, Richard Aumaitre en el bajo, Claudio Gámez en el teclado y su hermano Víctor en la voz principal. Para muchos la respuesta venezolana a la aparición de los Beatles, de quienes “fusilaron” varios temas, al igual que otras bandas exitosas de la época, y se apoderaron del Hit Parade del país.
Me sirve de inspiración la canción para trabajar el tema de la tristeza.
Todo ocurrió cuando un amigo muy querido, de quien me reservo el nombre para proteger a los inocentes, me dijo que así se sentía, y como casi siempre me ocurre, lo que me salió decirle en ese momento fue: “Si estás triste, algo te está pasando”. Y “plin” me resonó la canción en mi mente, y luego en mi propia boca de cantante. Esta canción de Graham Gouldman “Listen People”, fue traducida por los Darts, y se pegó de inmediato en el Hit Parade de la época.
Me prometí entonces escribir estas notas sobre la tristeza, que me permitan reflexionar sobre lo que ocurre en la persona humana cuando la visten de tristeza.
¿Qué es la tristeza? ¿Por qué la gente está triste?
Lo primero que podemos decir es que la tristeza es una emoción. Y ¿Qué es una emoción? Podemos primero presentar la palabra “emoción”, la cual viene del latín «motere» (moverse). El diccionario de la RAE la define como: “Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”.
Tenemos algunas definiciones:
“Estado afectivo, debido a un estímulo externo, que altera la situación psíquico física anterior del individuo y se traduce en fenómenos de tipo físico: llanto, aceleración del latido cardíaco, movimiento facial etc.”
“Agitación del ánimo producida por ideas, recuerdos, sentimientos o pasiones, la que se manifiesta por una conmoción orgánica más o menos visible.”
“Estado afectivo que transforma de un modo momentáneo pero brusco, el equilibrio de la estructura psicofísica del individuo.”
“Disposiciones corporales dinámicas, que definen los distintos dominios de acción en que nos movemos.”
Las emociones básicas, dice Susana Bloch, son el miedo, la rabia, la alegría y la tristeza, y a éstas agregó Susana el erotismo y la ternura, porque las seis tienen que ver con la supervivencia del ser humano.
Entonces ya sabemos otra cosa acerca de la tristeza, además de que es una emoción, que es básica para todo ser humano, para sobrevivir. Las emociones básicas ocurren en nuestro cuerpo independientemente de nuestra voluntad. Por esta razón debemos comenzar a valorar la tristeza.
Todos, en distintas circunstancias de nuestras vidas nos sentimos tristes. Frecuentemente está emoción aparece relacionada con la pérdida.
Jorge Bucay (http://www.mentesana.es), psicodramatista, psicoterapeuta gestáltico y escritor argentino, publica un cuento que se llama “La Tristeza y la Furia”, en su libro «Cuentos para pensar» ISBN: 8479018682. De dicho cuento podemos inferir que Jorge piensa que la tristeza es la furia disfrazada, o sea que cuando vemos a una persona en la profunda tristeza, lo que ocurre dentro del traje de la tristeza es que se esconde una profunda furia.
Por otro lado la furia se viste de tristeza y así la percibimos. Cuando vemos a una persona triste, lo que esconde es una profunda furia. Es la furia vestida de tristeza.
Por lo general todos, en distintas circunstancias de nuestras vidas, nos hemos sentido tristes. Recuerdo el día más triste de mi vida, el día de la muerte de mi padre en 1982, Armando León Cottín Felce, y recuerdo que me costaba parar de llorar, y a mí alrededor veía a muchas personas mayores, muchos hombres entre ellas, llorando la pérdida de su amigo querido.
Luego de su muerte, mi mamá, Millie Belloso, recibía año a año las muestras de cariño de algunos de esos hombres que estaban en la funeraria y en el cementerio “Jardines de la Chinita”, que la acompañaron hasta su muerte en 1992.
Muchas personas confunden la tristeza con la infelicidad.
Para mí ese día que les comento fue el día más triste de mi vida, pero también el más feliz. Mi padre había sido un hombre extraordinario, y la gente que acudió a la ceremonia le mostró su respeto, admiración y cariño, y se los ha seguido manifestando al transcurrir de los años. Me sentí entonces y me siento ahora orgulloso y feliz del padre que tengo, aunque el sólo recordarlo confunde mi alma con emociones de felicidad y tristeza.
Considero normal sentirme triste ante la ausencia de mis seres queridos. Creo que lo anormal es no sentirnos así. Luego del momento de notar su ausencia nos vamos recuperando, en especial cuando sentimos otras formas de presencia interior. Y así la tristeza se disuelve.
Algunas culturas no sienten esta tristeza, pues normalmente ligado a su religión, piensan que lo que ocurrió fue para el bienestar de su ser amado, y lo despiden con muestras de alegría.
Lo que no es bueno, y no es sano, es llevar el dolor de la pérdida del ser amado por meses, por años y que dure creando el estado de ánimo de la tristeza, el cual no consideramos sano.
Por otra parte, comúnmente veo que la gente confunde tristeza con depresión. De hecho confunden la emoción de la tristeza y dicen estar “deprimidas”.
Puedo entenderlo porque siento que la tristeza y la depresión pueden tener apariencias similares. El caso es que la tristeza siempre tiene referentes en lo que sabemos que nos la causa. La depresión pierde contacto con su origen. Se llega a no saber porqué ese sentir. Ante la depresión lo mejor es buscar ayuda profesional. Por sentirte triste a veces hasta sólo se te pasa y sino pues acudes a una amistad, que te acompaña hasta que se te alivia.
Soy de quienes opina que lo mejor que podemos hacer con nuestras tristezas en vivirlas con intensidad, y por un lapso. Al finalizar ese lapso, pasamos a otra cosa, antes de que se convierta en depresión.
Las emociones, al ser fenómenos corporales dinámicos, pueden modificarse desde la activación cerebro – corporal. También existe otra modalidad de modificación de la tristeza: las conversaciones, los juicios, las historias, el arte.
En la depresión aparece con frecuencia el estado de ánimo de la tristeza, que se une con el cansancio y a la infelicidad, también la pérdida del interés en todo y en nadie, y la falta de gusto por el placer. Nos ponemos irritables y podemos incluso cerrarnos ante cualquier sentimiento.
La tristeza nos es muy útil, pues nuestro organismo se “desactiva” de alguna manera, y ayuda esto a que desaparezca el dolor. Si la tristeza anida en nosotros, o sea permanece por largas temporadas (diez a quince días), podemos caer en depresión, lo que no es nada deseable.
¿Qué podemos hacer? ¡Movernos! Como dicen los entendidos, “Cuando uno cambia su estructura psicofísica, cambia de dominio de acción. “. Si estas triste muévete, por que no hay mayor tristeza, que la tristeza de no podernos mover. Evitar la soledad, el amigo que no está. Hazte acompañar en tu soledad.
Si estás triste es por que sabes que lo que has perdido te importa de verdad. Normalmente sentimos tristeza, cuando la vida nos comprueba que no es bueno apegarse, que no es bueno tener tanta certeza, pensar que las cosas o las personas más bien, no cambiarán.
que te bese y te diga muy bajito
que sólo de ti será. De ti será…… De ti
será……
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