«Si tengo fe en que soy capaz de realizar tal obra, adquiriré en consecuencia la capacidad de realizarla, aún si no poseía esa capacidad al comenzar.
Esto significa que la proyección optimista de nuestras posibilidades aumenta dramáticamente a las mencionadas posibilidades y capacidades»
Mohandas Karamchand Gandhi
Reconozco que soy un soñador, y que muchas veces he equivocado mi camino por estar soñando más allá de mis posibilidades. Pero también reconozco que lo que he podido lograr se debe también a lo que he soñado, y que he persistido en alcanzar.
Durante mi experiencia en el liderazgo de empresas y organizaciones he formado equipos, algunos de ellos de muy alto desempeño que han llegado a completar su misión de existir con mucho éxito, y también he destruido algunos equipos, por no haber podido liderarlos hacia su permanencia en el tiempo, para el alcance definitivo de sus objetivos.
Lo que si se es que todo lo que el país necesita lograr debe comenzar con el sueño de alguien, que se convierta en el sueño de algunos que lo compartan, y que vaya creciendo hasta ser el sueño de la mayoría que se instale para hacer posible el desarrollo de lo soñado.
De lo que se trata es de estar comprometido con los sueños propios y compartidos, y tener la confianza en nosotros mismos de que lo soñado es alcanzable y vale la pena cualquier esfuerzo y sacrificio.
No va a ser la casualidad la que ponga a nuestro país en el camino del desarrollo, y que nos saque de este estadio de cosas que a pocos agrada y a nadie conviene, aunque ahora algunos se aprovechen de las circunstancias.
Es el tiempo oportuno de cambiar el estado de las cosas a través de la lucha política y ciudadana, por medio de la democracia, aunque esté menoscabada, porque si el triunfo es de la mayoría real nadie se atreverá a desconocerlo. Para ello hace falta que tengamos confianza en nosotros mismos, valentía para defender nuestros ideales, y esperanza en un futuro posible mejor que lo actual forjado con el concurso de todos, formando equipos de ciudadanos organizados, dispuestos a realizar las tareas necesarias para la construcción del país.
Es volver a empezar, levantando lo caído, recuperando lo perdido, recobrando los valores devastados, rescatando la moral de la gente, redimiendo a los partidos políticos única vía para expresar el deseo ciudadano en una elección, reparando relaciones desechas entre las familias y los amigos divididos por el pensamiento político, reconquistando los espacios de contraloría legal y ciudadana como son el Congreso, las representaciones ciudadanas, librando las confrontaciones pacíficas que den lugar a reponer el pensamiento amplio e incluyente.
NOs toca reestablecer el equilibrio que permita que nadie se arrogue el derecho de tomar decisiones unilaterales e imponer el pensamiento único, recobrar la paz a través del desarrollo, mejorar cada día en vez de involucionar como venimos haciendo desde hace mucho, aliviarnos de esta guerra no declarada donde cada semana mueren más ciudadanos que en guerras abiertas, convalecer de una década perdida, sin lamentos pero con la exigencia de responsabilidades a que dieran lugar los delitos cometidos.
Después de mucho trabajar es que podremos disfrutar de los logros que alcancemos. Mientras nos debe acompañar el entusiasmo, para que podamos reconocer que detrás de cada acierto podremos encontrar algunos fracasos, disfrutar de lo bueno y no rendirnos ante las dificultades.
Si, llamo a pensar en positivo, a tener metas claras, a utilizar nuestra imaginación, y no darnos nunca por vencidos. No prometo que veremos los resultados, pero si que dejaremos huellas para que otros las sigan.
¡Arriésgate a soñar conmigo en un país mejor!
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